Síntomas del cáncer de colon por metástasis en otros órganos

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El cáncer metastásico es un cáncer que se ha propagado desde la parte del cuerpo donde comenzó (el sitio primario) a otras localizaciones. Las vías de propagación principales son la linfática y la hematógena.

En el caso de los tumores colorrectales, los principales órganos diana de implantación de metástasis son el hígado y el pulmón. Aproximadamente el 20% de los pacientes afectos por carcinoma colorrectal (CCR) presentan metástasis a distancia en el momento de realizar el diagnóstico del CCR.

La mitad de los pacientes afectos de carcinoma colorrectal (CCR) presentarán metástasis hepáticas en algún momento de su evolución. De estos aproximadamente la mitad el diagnóstico de metástasis se hará al mismo tiempo que el del tumor primitivo.

Ante las metástasis en el hígado, el paciente puede permanecer asintomático o presentar síntomas vagos como fatiga, cansancio, falta de apetito, perdida de peso inexplicada, dolor abdominal, nauseas, fiebre o febrícula o adquirir un tono amarillento en la piel (ictericia).

Su tratamiento ha cambiado enormemente en los últimos años. La capacidad de tratar las metástasis de hígado dependerá del estado del tumor primario, de su localización y del número de metástasis. En pacientes seleccionados, la cirugía será el tratamiento indicado para la eliminación de las metástasis. En otras ocasiones sera preciso administrar quimioterapia de forma oral o intravenosa. Existe un grupo de pacientes en los que no sera posible la curación, aunque si contener la enfermedad, consiguiendo aumentar la esperanza de vida.

Por otro lado, sólo el 2-4% de todos los pacientes tienen exclusivamente metástasis pulmonares.

Si no se descubren en el momento del diagnóstico, la mayoría de las metástasis suelen ser bilaterales, periféricas, subpleurales y de predominio basal (siguiendo la distribución del flujo sanguíneo), no causando síntomas hasta que la enfermedad está muy avanzada y descubriéndose frecuentemente en el seguimiento de pacientes asintomáticos.

Cuando aparecen síntomas, los más frecuentes son la tos y la expectoración con presencia de sangre, a consecuencia de lesiones dentro de los bronquios. La dificultad para respirar , si es progresiva, se suele deber a una obstrucción de la vía aérea, derrame pleural, diseminación linfática o sustitución del tejido pulmonar por innumerables lesiones. Si el inicio es súbito, puede deberse a un derrame pleural masivo (líquido abundante en los pulmones), neumotórax (aire fuera de los pulmones) o una hemorragia de una lesión.  Por último el dolor torácico, suele significar una invasión de la pleura (capa que recubre el pulmón) o de la pared costal, lo cual reduce la probabilidad de curación.

La resección de las metástasis pulmonares se considera el tratamiento de elección. Con ella se obtienen unas tasas de supervivencia a los 5 y 10 años que oscilan entre 35-45% y 20-30% respectivamente.

Por todo ello en ambos casos, un diagnostico precoz y un estudio pormenorizado, son imprescindibles. Un equipo multidisciplinar debe estudiar cada caso de forma individual, desarrollando el plan de tratamiento más adecuado. El diagnóstico de las metástasis suele realizarse durante el estudio inicial de extensión del tumor primario, mediante una TAC – tomografía axial computerizada – de abdomen y tórax.  Si no, el diagnóstico se realizará a consecuencia de los síntomas que presentan estas lesiones, estudiando al paciente de forma dirigida según la clínica que presente.

Si en el diagnóstico inicial del cáncer de colon no hay lesiones metastásicas, es imprescindible,para su diagnóstico temprano un seguimiento estrecho de los pacientes tras la primera cirugía, con un protocolo de seguimiento cada 3-6 meses, que incluya todas las pruebas necesarias para la detección de la enfermedad en caso de que se disemine. En dicho protocolo se incluyen tanto analíticas seriadas con marcadores tumorales (CEA) así como técnicas de imagen como la tomografía computerizada o  TAC y Ecografía o más específicas para el estudio del hígado como la resonancia magnética o para la detección de enfermedad diseminada como el PET. Además estas técnicas nos permitirán si es preciso realizar biopsias, para poder alcanzar un diagnóstico preciso.