El hiato esofágico es un orificio natural localizado en el diafragma, principal músculo de la respiración encargado además de separar la cavidad torácica del abdomen. A través de dicho orificio pasa el esófago y cuando el músculo se debilita y éste se ensancha, parte del estómago puede pasar hacia el tórax, lo que ocasiona la hernia de hiato.
Se estima que hasta un 20% de la población puede sufrir hernia de hiato, aunque la gran mayoría no experimentará síntomas. Es más común en las mujeres y aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente a partir de los 50 años. Entre los factores que contribuyen a la aparición de una hernia de hiato están la obesidad, la edad, el consumo de tabaco y alcohol y aquellas situaciones que incrementan la presión abdominal (esfuerzos, bronquitis crónica, bulimia, embarazo).
En la mayoría de los casos, una hernia de hiato pequeña no provoca síntomas y no necesita tratamiento, por lo que muchos pacientes nunca llegan a saber que tienen una hernia de hiato o se diagnostica de forma casual al realizar algún control por otra enfermedad.
Si aparecen síntomas, no existe diferencia entre hombres y mujeres, y suelen ser debidos a la presencia de reflujo gastroesofágico (ascenso del contenido ácido desde el estómago hacia el esófago y la boca) provocando ardor o quemazón, dolor abdominal o en el pecho, regurgitaciones, tos crónica, disfonía e incluso disfagia (dificultad para tragar los alimentos) en los casos más graves. No tratar esta afección puede provocar daños en el esófago, como la esofagitis (inflamación o irritación) y, en algunos casos, desencadenar lo que se llama esófago de Barret, que es una lesión potencialmente cancerígena. En otros casos, la presencia de una hernia puede provocar intolerancia a la alimentación, vómitos y/o dolor intenso si su contenido (el estómago) queda atrapado en la hernia, y en la peor de los casos, se estrangula, situación que requiere una intervención quirúrgica urgente. Aunque es poco frecuente, también pueden aparecer vómitos con sangre o heces oscuras, que pueden indicar una hemorragia gastrointestinal.
En caso de presentar alguno de estos síntomas, es aconsejable consultar a un especialista.