Enfermedad de Crohn. Recuperación de una intervención quirúrgica

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La enfermedad de Crohn es una inflamación crónica del de etología desconocida que puede afectar a la totalidad del tracto digestivo (desde la boca hasta el ano) y que asocia manifestaciones sistémicas y extraintestinales. El tratamiento es fundamentalmente médico, con distintos tipos de fármacos que ayudan a controlar la actividad inflamatoria y mejorar los síntomas, precisando tratamiento quirúrgico cuando fracasa el tratamiento médico o aparecen complicaciones.

El carácter crónico y recidivante de la enfermedad de Crohn hace que al menos el 80% de los pacientes deba someterse a intervención quirúrgica en algún momento de su vida. Este riesgo depende de la localización de la enfermedad,  y es mayor cuando esta afecta al intestino delgado que en el caso de afectación colorrectal. El tratamiento quirúrgico siempre será lo más conservador posible, dado el riesgo de recidiva que existe en esta patología. El tratamiento corticoideo y la presencia de desnutrición en estos pacientes hace que el riesgo de que aparezcan complicaciones durante el postoperatorio aumente.

Lesiones enfermedad de Crohn y tratamiento

Las lesiones del intestino delgado (estenosis, tumoraciones inflamatorias, fístulas) se tratan con resecciones de las zonas afectadas. Cuando existe una afectación difusa del intestino delgado con estenosis en distintas zonas, o una recidiva precoz después de una resección intestinal, está indicado realizar plastias evitando las resecciones intestinales amplias.  Las lesiones colorrectales se tratan, según su extensión, con colectomías segmentarias o proctocolectomía total si es preciso. Si es necesaria la extirpación de todo el colon, será preciso realizar una ileostomía (ano artificial con el final del intestino delgado). Las lesiones perianales (abscesos, fístulas, fisuras) precisan tratamiento quirúrgico, y cuando se trata de fístulas complejas en ocasiones es necesario realizar una ostomía temporal.

Recuperación postoperatorio

La recuperación en el postoperatorio va a depender  fundamentalmente de la vía de abordaje, del tipo de cirugía y de las características del paciente. En la mayoría de los casos se pueden realizar las intervenciones por vía laparoscópica (utilizando incisiones pequeñas) lo que permite mejor control del dolor así como movilización e inicio de dieta oral de forma precoz, por lo que el paciente puede irse de alta hospitalaria en pocos días (habitualmente  entre 4-7 días). Este periodo de ingreso se prolonga si aparecen complicaciones, más frecuentes en los pacientes que tienen que ser intervenidos de urgencia por complicaciones de la enfermedad. Tras el alta hospitalaria, el paciente continúa la convalecencia en el domicilio, mejorando paulatinamente su estado general hasta encontrarse plenamente recuperado, proceso que en ocasiones puede durar unas semanas y que va a precisar seguimiento por parte de un equipo multidisciplinar que incluya a cirujanos, digestólogos, nutricionistas y enfermería especializada en los pacientes portadores de ostomías.

Durante la convalecencia, es importante que el paciente mantenga las heridas limpias y secas. Los primeros días puede presentar molestias a este nivel, que se controlan con analgésicos de tal forma que el paciente puede recuperar su actividad habitual. En el caso de la enfermedad perianal (abscesos, fístulas) en ocasiones es necesario el seguimiento y curas diarias por parte del equipo de enfermería. Es recomendable evitar los esfuerzos y el ejercicio físico durante las primeras 3-4 semanas, para prevenir la aparición de hernias a nivel de las heridas quirúrgicas. Los pacientes portadores de ostomías (ano artificial) cuentan con el apoyo de estomaterapeutas (personal de enfermería especializado en el manejo de ostomías) para afrontar y manejar esta situación de la mejor manera posible y con todos los recursos disponibles actualmente.

Dieta

En cuanto a la dieta, es recomendable repartir la ingesta, es decir, tomar cantidades más pequeñas de alimentos pero de forma más frecuente (5-6 comidas al día), siempre masticando bien los alimentos y tratando de reposar durante media hora después para ayudar a la digestión. Tras una resección intestinal es aconsejable realizar una dieta baja en residuos (evitar la ingesta de fibra)  y que sea equilibrada, para cubrir el aporte calórico y proteico necesario durante la recuperación.

Dado que la enfermedad de Crohn es una afección crónica en la que puede reaparecer la sintomatología o presentar complicaciones, el paciente va a necesitar controles periódicos de por vida.