Cirugía general y digestiva en Barcelona. IQL.

Hernia de hiato. Recuperación de una intervención quirúrgica

En nuestro grupo, la hernia de hiato (HH) y el reflujo gastroesofágico (RGE) se realizan mediante cirugía mínimamente invasiva sistemáticamente. El abordaje laparoscópico emplea incisiones milimétricas por lo que el dolor postoperatorio es escaso, las cicatrices son prácticamente invisibles y la recuperación es relativamente rápida, permitiendo que los pacientes reinicien su vida habitual a los 10 -15 días de la intervención.

Cuidado de las heridas

El cuidado postoperatorio de las heridas es simple. Tan sólo deben mantenerse limpias y secas. El paciente puede ducharse al día siguiente de la intervención, aunque debe evitarse nadar o tomar un baño prolongado. Las heridas deben secarse bien y aplicar después un antiséptico básico como la povidona iodada o la clorhexidina y un pequeño apósito para evitar el roce de la ropa.

Dieta en la hernia de hiato

Una vez en casa, es aconsejable tomar una dieta a base de líquidos y cremas claras durante unos días, seguida de una dieta pastosa (cremas, purés, yogures, etc.) de alimentos suaves.

Cuidados personales y precauciones

Es aconsejable iniciar una actividad suave lo antes posible. Camine varias veces al día para evitar debilitarse, facilitar la respiración y reducir el riesgo de trombosis. Su médico le indicará si debe administrarse heparina preventiva.

Deben evitarse los esfuerzos físicos intensos, en especial los abdominales (no levantar pesos superiores a 6-8 kg, etc.). Durante las primeras 4 a 6 semanas. Se deberá incrementar la actividad poco a poco. Por ejemplo, Podrá conducir al cabo de unos 5-7 días. El periodo de baja laboral depende de varios factores, como el tipo de trabajo o el tipo de hernia reparada, pero como promedio oscila entre 3 y 4 semanas. El médico le dirá cuándo puede aumentar su actividad y volver a trabajar.

Evolución y seguimiento tras la operación de hernia de hiato

Tras la intervención, el paciente podrá llevar una vida completamente normal, sin que sean necesarias precauciones especiales. En aquellos pacientes con reflujo, la desaparición del ardor y las regurgitaciones es inmediata. Como consecuencia del propio funcionamiento de la fundoplicatura, algunos pacientes pueden presentar dificultad para eructar sin que ello suponga una limitación para la vida diaria.

Es aconsejable realizar controles periódicos, en especial en aquellos pacientes que presentaban previamente un esófago de Barrett y en aquellos con grandes hernias de hiato. En estos últimos, el riesgo de recurrencia herniaria es algo mayor, por lo que podría ser necesaria una nueva intervención futura en función de la sintomatología.