Colecistitis es una inflamación de la vesícula biliar, que se traduce clínicamente en dolor en la parte superior derecha del abdomen, acompañado de náuseas y vómitos y fiebre. La colecistitis se debe en la gran mayoría de los casos (95%) a la presencia de cálculos en el interior del órgano, colelitiasis, que terminan ocluyendo el conducto cístico y generando la inflamación de la vesícula biliar.
Causas de la colecistitis
La colecistitis aguda está causada generalmente por cálculos vesiculares, comúnmente llamados “piedras”. Estos cálculos pueden llegar a impactarse en el conducto cístico, obstruyendo la salida de bilis de la vesícula. Esta obstrucción causará una inflamación de la vesícula, que clínicamente dará una colecistitis. La inflamación puede tener diferentes grados, desde congestiva hasta infección, gangrena o perforación.
En un menor número de casos, la vesícula es alitiásica, es decir, no tiene cálculos en su interior. En estos casos, habrá que buscar otras causas de la colecistitis, como por ejemplo, bacterianas (Salmonella) o víricas (virus de Epstein-Barr, Herpesviridae) entre otras.
Existe una mayor incidencia de colecistitis en mujeres que en hombres, siendo más frecuente entre los 20 y los 40 años. Los estrógenos, la multiparidad o el sobrepeso se consideran factores de riesgo.
Síntomas y clínica de la colecistitis
La colecistitis se caracteriza por dolor continuo en el cuadrante superior derecho del abdomen, llamado hipocondrio derecho, a veces irradiado hacia el hombro derecho o hacia la espalda. El dolor suele aparecer después de la ingesta de alimentos grasos, café, chocolate u otros alimentos que generen acidez gástrica, mejorando ante el ayuno. Además del dolor, suelen aparecer náuseas y/o vómitos y fiebre.
A la exploración, el dolor abdominal suele focalizarse en el hipocondrio derecho. Es característico el signo de Murphy: dolor brusco al presionar debajo del reborde costal durante la inspiración profunda del paciente.Otros síntomas asociados pueden ser distensión abdominal o dolor generalizado.
Junto con la historia clínica y la exploración física, el diagnóstico suele confirmarse con una analítica de sangre y una ecografía abdominal. En la analítica, se observarán parámetros inflamatorios, como leucocitosis o elevación de la proteína C reactiva (PCR), y la ecografía confirmará el diagnóstico cuando encuentre una vesícula con paredes engrosadas y Murphy ecográfico positivo.
Tratamiento de la colecistitis
El tratamiento de la colecistitis suele ser la intervención quirúrgica, llamada colecistectomía, que puede ser realizada por vía abierta o laparoscópica. La vía laparoscópica es la vía de elección actualmente, al ser una cirugía mínimamente invasiva, donde se realizan unas pequeñas incisiones en el abdomen, además de tener una recuperación más rápida. En algunos casos específicos, puede estar indicado el tratamiento médico que consistiría en terapia antibiótica y analgésica.
Si la colecistitis no es tratada a tiempo, puede derivar en un gran número de complicaciones, desde pancreatitis aguda, hasta perforación vesicular con peritonitis, por lo que un tratamiento adecuado es crucial para evitar futuras complicaciones.